Detenerse
a escribir sobre la música es uno de los eventos más complejos de la vida, la
música compenetra nuestras vidas como el agua a la vida acuática. Seamos
devotos de ella o no, nuestras vidas están marcadas por las diversas tonadas
que escuchamos voluntaria o involuntariamente.
Sus
efectos son múltiples, en los amantes de la música, más allá del género, ella
va moldeando y a la vez sirviendo de almacén de cada una de las experiencias que
vivimos. Nos moldea en la medida que deseamos subconscientemente ser como la
música que escuchamos, lo deseamos al sentir que es para nosotros, al
identificarnos con sus letras, al vibrar naturalmente con su armonía y al soñar
con su melodía. Luego, nos sorprende descubrir el parecido de nuestra
experiencia con lo escuchado.
Armonía, Melodía y Ritmo
La
música como almacén es aquella que nos ha rodeado en nuestra vida, cada pieza
musical que hemos escuchado en un periodo u otro nos evocan ese periodo en el
cual esa interpretación nos rodeaba. Cuantos bellos recuerdos nos evocan las
interpretaciones antiguas que solían ser nuestras favoritas en otras etapas de
la vida, ellas resucitan alegrías, tristezas, amores, triunfos, fracasos con la
misma intensidad que alguna vez se sintieron.
Nos
puede producir felicidad y a la vez tristeza, nos puede llenar escucharla pero
en su estado actual nos puede atar a la desdicha o a la esclavitud de buscar en
el mundo externo una realidad que solo existe en nuestros mayores anhelos y
aspiraciones inconfesables que solo una pieza musical es capaz de evocar en
nosotros, ya sea para avivar experiencias, invitarnos a experimentar nuevas o
para mostrarnos aquellas cosas de las que adolecemos.
El
Creador de Música
El
Creador de Música es aquel que en su forma humana sabe transmitir sus vivencias
y sentimientos en prosas y melodías. En su inspiración consigue mostrarle a los
demás un camino para que viva en si mismo esa experiencia que quiere compartir
a través de la música. En su aspecto superior es aquel que aprende a viajar a
mundos superiores, escuchar las tonadas de las esferas y expresarlo a su
audiencia, alcanzando elevar a todos a esa exquisita región descubierta por él.
Solo este tipo de seres tienen el poder de transmitir aquello que no es posible
transmitir por las palabras ni por la literatura.
(Tomado de Globedia.com)